Aunque siempre hubo tirada de palos de un lado y tirada de palos del otro, nunca llegaron a concretar nada. Sin embargo, esta vez parecía ser diferente. Como tantas veces, él empezó buscándola (ella siempre se caracterizó por dejarse encontrar fácilmente). Y después de varios años de amistad (e histeriqueo mutuo), ella terminó apurándolo por Messenger: le propuso juntarse algún finde que tuvieran un espacio vacío. Una vez más, él se comió los mocos y le restó importancia al asunto, cambió de tema y a-otra-cosa-mariposa. ¿Será que ella tiene demasiado carácter para él? ¿Por qué la busca una y otra vez... y nunca termina de dar el paso importante? ¡HISTÉRICO!
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